domingo, 2 de noviembre de 2014

Para Rubi:













Hoy me he levantado y no podía mover bien las piernas. A lo largo del día he podido comprobar cómo algo en mí fallaba. ¿Y si era yo?
Dicen que el cuerpo avisa de lo que pasa por dentro. Y yo poco a poco me siento débil y no puedo andar. Tengo la maldita sensación de que no tengo fuerzas para correr, para caminar, para seguir. Y entonces te miras por dentro.

¿Qué hace que muevas los dedos del pie?. Las ganas.¿ Y si algún día no los pudieras mover? ¿Y si despertaras hoy y todo fuera distinto a ayer? ¿Y si algo hubiera cambiado?. ¿Y Si todas tus ideas acerca de lo que va a ser mañana, se pudieran cambiar con algo que pasara hoy tan absurdo como que no te puedas mover? ¿A QUÉ TE AFERRAS?

Hoy mi camino era de vuelta. Hoy no existían las opciones ni los atajos. Hoy no había nada. Volver al fondo de mí para ver que algo se paraliza poco a poco. Qué gran sensación la de darte cuenta que has dejado de crecer, y que ahora solo decreces. Que envejeces, que corres hacia atrás. Esa sensación de volver a ti para pensar si realmente todo lo que haces y construyes a día de hoy es realmente lo que querías cuando tus piernas no sabían andar.

Y si lo seguiría siendo si volvieran a pararse.

Me queda tanto por andar. Me queda tanto por pisar, por sentir, por correr. Me queda tanto por ayudar; con mi cabeza, mis manos, mis pies...

Qué hermoso el día que me sentí débil. Llevar toda la vida intentando crecerme en mí para ser algo o alguien, para poder llegar a ser algo o alguien y que algo tan tonto me pueda paralizar. Algo tan absurdo como yo misma. Qué hermoso el día que volví a sentir la humildad en la impotencia de mis piernas. El saber, que soy quien más daño me hago y quien únicamente se puede curar. Las piernas se curan solas.

Y dime cuerpo, ¿por qué no quieres que corra más? ¿Quizá es porque lo estaba haciendo mal?

Puede que sea solo una vez al año, pero es verdad que por un día, pienso en cómo sería mi vida si no fuera como yo quiero que sea. Maldita vida y sus lecciones. Has vuelto a recordarme que tú siempre ganas. Que da igual lo que yo quiera, lo que yo busque, lo que yo sienta...porque una mañana puedes despertar y no poder llegar. LLEGAR.

¿LLEGAR es tan importante?

Deja de exigirte tanto.

Pd: puede que mañana mis piernas no se hayan curado, pero me preocupan mas las cosas de la cabeza, que necesitan silla de ruedas.


Por Main Stanich.

martes, 21 de octubre de 2014

Perfect. (Canción)

Duele.

Duele entregarla. Que te la arrebaten de las manos y con ella dejes cicatrizar mi último resquicio de ti.
Llévatela contigo. Como te llevaste mis esperanzas de volver a creer en algo perfecto.

Recuerdo...
Recuerdo...
Recuerdo...
                                                                 Mierda.

¿De verdad, ahora piensas quedarte, sin haber dejado de ser PERFECTO?


PERFECT
4x
I don’t know how can you fit me
And never complete me.
I don’t need (to) finish this puzzle to understand the things.

But these are the differences between you and me.
You need to walk with your shoes, not with useless sticks.
Yes, you are…
Perfect.

Every night the things I think, why am I not for you?
All the time I ‘ve always lost, was learning to be fool.
Because you are the most perfect, on what I can be sure.
But although I was trying it, I ‘m not perfect for you.


Person, who wrote you for me, has not written this.
Because it’s real when it grows exponentially.
Even if you go, or don’t, believe in your hopes.
Even if you go, or don’t, the true love that you hope.


Even closed, it never ended.
We will carry on.
You have always made me happy,
It, by plane, will go on.
Even if you go, or don’t, believe in your hopes.
Even if you go, or don’t, the true love that you hope.

You would have fought through
If I would have been perfect.
Even so, you …you don’t love you.
Even so, you are not prepared to destroy your horizons.
Even so, you …you don’t love you.

Perfect

-----------------------------------------------
I don’t know how can you fit me
And never complete me.
I don’t need (to) finish this puzzle to understand the things.

But these are the differences between you and me.
You need to walk with your shoes, not with useless sticks.
Yes, you are…
Perfect.
------------------------------------------------------------

Even if you go, or don’t, believe in your hopes.
Even if you go, or don’t, the true love that you hope.
You would have fought through
If I would have been perfect.

Even so, you …you don’t love you
Even so, you are not prepared to destroy your horizons.

Are you going to go, without stopping to be … perfect?


Este día, me hiciste vulnerable.

Por Main Stanich.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Tshhhh...

   Ya no te oigo. A veces no sé si estás, porque ya ni me contestas. ¿Nos hemos vuelto una de esas parejas que ya no se comunica? A veces, si no supiera que estás apoyada a mi lado, no sabría que estás. Incluso a veces, en la oscuridad, dudo que seas tú. 
   Porque ya no me respondes a mis preguntas. Y cada vez tengo más. ¿Dónde has ido? Me miras con los mismos ojos y en ellos leo las mismas cosas. Pero ya no me dices cosas cálidas, ni me llamas desde lejos, ni me pides cosas con cariño. Ya no cantas. 
 Antes teníamos largas conversaciones antes de dormir y ahora te duermes rápidamente. Otras veces no, y amanezco con tu mirada fija en mí, pero no me respondes. No sé qué es lo que piensas. Ya no me susurras nada al oído y no me suscitas pensamientos cuando tus palabras vibran en mi tímpano. ¿Qué es de una persona sin su forma de hablar? ¿Y sin sus expresiones? ¿Sin sus frases incoherentes y sus bobadas esporádicas? ¿Qué es de una persona que ahora solo guarda silencio?
  Antes soñabas, continuamente estabas contando las cosas que querías hacer. Antes tenías esperanzas que gritarle al mundo, pero aunque ya no grites…guárdalas en algún lado. Ya no creo que sigas creyendo nada. ¿Te han robado tu ser?
  Lo siento. El tacto no lo es todo. 
  Lo siento. No puedes esperar que cuando te toque ya no oiga cómo te estremeces y solo te oiga amarme en silencio. No puedo amar al silencio. No puedo hacer el amor con el silencio. A veces hasta en eso, pareces inerte.
  ¿Crees que no te oigo? ¿Crees que no sufro cuando no oigo nada y sé que estás ahí, callada, llorando? 
  Arránquenme las putas cuerdas vocales y dénselas a ella.
---------------------------------------------------------------------------------------
   -Hoy desperté y ella estaba a mi lado. Antes de encender la luz, me di cuenta de que estaba alejada de mí. Me acerqué y la toqué. Sigue siendo tan suave. Entonces me di cuenta de que me daba igual no volver a oírla, simplemente con poder sentirla me valía. Encendí la luz y encontré que ella, había escrito todas y cada una de las paredes de la habitación. No sé cuándo lo había hecho, pero había escrito todo lo que pensaba, todo lo que sentía, todo lo que quería gritar. 
   Me volví a acercar a ella y la desperté, y le dije: “Si tú no quieres hablar, yo tampoco.”
   Hace 6 años que no hablamos, solo vamos por la casa escribiendo y dejándonos notas que le digan al otro lo que pensamos o lo que somos. No hace falta más. Es mucho más emocionante ver todas las mañanas los post-its escritos por todas partes, que las palabras en vano que podemos decir. Porque escribiendo se dice mucho más que hablando. 
   Me has enseñado a ver el mundo con el juego de las palabras. Me has enseñado a conocer la oscuridad del silencio. Me has enseñado a amar en silencio y al silencio. Me has enseñado a hacer el amor a gritos callados. 
    Y cuando te callas y te quedas mirándome…cuando se hace el silencio entre los dos, es cuando te oigo. Es cuando de verdad te escucho. Es cuando de verdad me hablas desde dentro…

El silencio guarda las palabras más hermosas jamás escuchadas.
Texto del 29 de Mayo de 2010.




martes, 9 de septiembre de 2014

El HOMBRE.



Hubo un día que te quise.

Cuentan malas lenguas que estoy ya cansada de algo que se repite cada día, y es el recordar que te quise. Que hubo un día que lo hice...y que hoy ya no es ese día.

Hubo un día que intenté hacer todo lo posible por conquistarte y encandilarte. Hubo un día que tomé la decisión tan importante de si eras más importante tú o yo. Y escogí por ti. Y te fuiste con mi mejor amiga.
Hubo un día que me olvidaste en algún camino y pensaste que era más importante quedar genial con los amigos antes que respetarme. Y tu adolescencia arrebató la amistad. Y desde entonces tu pasaste a ser el HOMBRE y yo la MUJER.

Hubo un día que me compraste rosas, que me prometiste la luna y me dijiste que dejarías cualquier amor porque de verdad me habías encontrado. Y entonces oí tu 'te quiero' y decidí ser cauta y darte las gracias.
Hubo un día que empecé a procurar enamorarme de lejos. Y entonces sí, entonces eran todo besos. Un no sé quién eres: un beso. Un me encantas: un beso. Un bofetón: un beso. Un ser un encanto: un beso. Un vacilarte: un beso. Un 'vete a la mierda': un beso.

Pero tuvo que haber un maldito día que abrieras los malditos ojos para ver quién era tanto beso. Nos descubriéramos y te quedaras. Hubo un día que aunque yo no quisiera, te quedaste.
Y entonces hubo un día en que yo corrí detrás de ti, otro en el que viniste a buscarme, un día en que te escondí un recuerdo para que lo encontraras cuando tuvieras miedo, un día en que tú dibujaste mi alma. Un día en que los celos te atrincheraron en casa para que nadie te arrebatara lo que era tuyo. Un día en que te escribí una carta al día para que no me olvidaras. Un día en que intentaste plagiarme en otra persona...y en otra...

Hubo un día que me hiciste daño.

Ese fue el día que le pegué una patada a un contenedor.

Hubo un día que intentaste explicarme que eras un hombre, ojalá te hubiera escuchado. Un día que intenté entender que no somos iguales. Que todo el tiempo que yo te quise tú seguías teniendo dos cerebros y uno no siempre pensaba únicamente en mí. Hubo un día en que descubrimos que tú llevabas mucho siendo egoísta y que lo habías gastado todo...de mí.

Hubo un día que tuvimos miedo de que esto se pudiera invertir. El día que me aseguraste que te haría daño. Y me lo repetiste una y otra vez. Y yo te dije que eso nunca pasaría, porque yo ya lo había vivido antes. Y aquí vivimos la inflexión. Y aquí te di la segunda oportunidad.

Hubo un día que nos quisimos tanto que fui capaz de cogerme un barco sin conocernos solo para darte un beso, o el avión más de diez veces solo para escucharte de cerca. Hubo un día en que me buscaste tanto que hasta me encontraste, aunque hubieras muerto en el intento. Hubo un día en que todo eran juegos, todo eran risas, ojos vendados, todo era llorar de la emoción. Hubo un día en que yo te saltaba encima, te mordía la oreja, te hacía cosquillas, de rabiar, te bailaba, te vacilaba y te abrazaba para no soltarte. Esa fue la primera vez que te vi mirarme así. Así.

Hubo un día en que todo eran proyectos. Todo era futuro. Todo eran textos, te quieros correspondidos, todo eran frases bonitas y sinceras. Todo eran miradas...miradas.

Y de tanto mirarme por dentro, me atravesaste.

Hubo un día en el que me enseñaste a no conformarme ni contigo mismo. Hubo un día en que dejaste de creer en ti tanto como lo hiciste en mí. Hubo un día en que te diste cuenta que habías sido tan egoísta cuando yo te quería, que te sentías despreciable. Y pasaste de machacarme a machacarte...y descubriste que yo era más fuerte que tú. Y tu orgullo me sumió en un concurso contra la perfección, esa en la que de repente me habías subido. Contra mí misma.

Hubo un día en que mis llantos dejaron colgando nuestros problemas para caer en el lago.  Hubo un día en que quise tirar nuestra relación literalmente al agua para comprobar cuánto realmente la valorabas. Y entonces fue cuando casi tropiezas al agua para salvarlo, y te vi llorar. Y no has parado desde entonces, porque de tan pequeño que se fue haciendo el valor se me escapó de las manos. Y entonces lloraste, y corriste y yo salí a salvarte, y lloraste en mis piernas como lloran los hombres, y entonces lo sentí...a un HOMBRE perder. Y vi el poder...

Aquí me hice MUJER. ojalá me hubieras escuchado.

Hubo un día que aprendí a correr, para que no pudieras alcanzarme. Ambos sabemos que aunque corrían mis piernas, realmente lo hacían mis recuerdos. Hubo un día que me hice fuerte, y en el que todo empezaron a ser negaciones. Ese día en que no me conformaba contigo, ni conmigo, ni con nadie. Y entonces me convertí en la mujer de HOY, esa que 'solo prueba' porque aspira a encontrar lo inalcanzable.
Hubo un día en que empecé a ser yo quien te ponía a prueba. Salta más alto, corre más rápido. Hasta darte un puzzle vacío y las fichas poco a poco, para que tú lo fueras completando.



¿Crees de verdad que me lo hubiera creído si lo hubieras completado? ¿Creer en qué? ¿En el amor?
Hace mucho que camino sola por un camino en el que solo miro atrás con desprecio. Me he hecho inalcanzable porque no quiero que me alcances. Pierdo tres kilos cada vez que me alcanzas, pierdo el norte, las ideas y hasta las bragas. ME pierdo.

¿Y sabes por qué hago todo esto?

Porque hubo un día que te quise.

Porque soy tan despreciable, tan inhumana y estoy tan cansada que no quiero que te destruya aun más tu reflejo. Cuando destruya el egoísmo, volveré a conquistarte; HOMBRE.


¿Cómo puede resumirse en una historia de amor, todas las que puedes haber vivido en una vida? Cambian el actor, nunca al personaje.

Dedicado a todos los hombres, la razón de por qué las mujeres, somos tan gilipollas. 

lunes, 18 de agosto de 2014

Inflexión.



Cuando te digo que mi vida tiende a infinito, no me refiero al concepto que tengo de imaginármela no yendo a ningún lado, sino la idea de que tiende a algo tan grande, que no soy capaz de creer que en su finitud se junten mis extremos. Algo tan grande y difícil de alcanzar que ni sé yo si acaso sería posible. ¿Es posible alcanzar algo que arde en las manos cuando lo tocas?

0- No soy

¿Sabes? Me pasaré la vida intentand0 llegar a alg0, llegar a ser más y nunca ser men0s. Es una lucha absurda que me atormenta. Buen0, a mí y a t0d0s. La de ser un cer0. N0 permit0 anulaci0nes. T0d0 l0 que me niega se va p0r este agujer0. T0das las veces que me anulaste se van p0r este agujer0 y mir0 dentr0 de él y vuelv0 a ver lo que más esperanzas da. Tiende a infinito. Por mucho que no sea nada, por mucho que sea cero: tiende a infinito. Tiende a poder equivocarse todas las veces que queramos, por conseguir llegar al siguiente escalón; tiende a morir en su interior y en el vacío, por hacer que yo consiga algo.

1- Soledad.

Vivo en un mundo que desconoces, en el que los números son mi constante para continuar viviendo, para continuar recordando cuál es mi mundo, que es este y no otro y que sigo aquí esperando que únicamente pasen; se dividan, se multipliquen, se potencien...Nadie entra en mi soledad nocturna para moverme esos números, porque si lo hiciera, mi constante sería la variable que haría temblar mis cimientos. Te reto a intentarlo.
Vivo en un lugar que nunca visitas, y si lo hicieras pensarías que enloquezco. Es mi cabeza cuando tú ya has cerrado los ojos y te has echado a dormir. Es un mundo en el que entro cuando nadie mira, un mundo que me apasiona, que no cambia mi existencia y en cambio la ordena. Es un mundo de colores, de fracciones, donde habitan las curvas junto a las rectas y conviven con mis temores. Es un mundo que me aleja, que me extrapola de mi vida para poder solucionarla. Es un mundo donde no caben los fallos ni los errores porque entonces no encajan los restos. Es un mundo irreal que ordena la realidad de mi mundo. Es un mundo en el que solo yo. Un mundo sin alumno ni profesor, pero con una pizarra repleta de largas ecuaciones.

2-Positivo / Negativo

Sabes que te escribo esto a ti, ¿verdad Main? A quien no eras ayer y de repente eres hoy. A quien a veces me invade y me toca las narices. Tú me anulas cuando yo estoy baja y me haces cero. Pero quiero que sigas ahí, eres mi equilibrio y mi desenfreno. Estás cuando me encierro en este mundo de balanzas sin gravedad y me recuerdas que existe la realidad, y me empotras contra ella.

Es tan hermoso pensar en la necesidad de tu otra mitad para ser un entero. En la necesidad que tienen tus cosas buenas de conocer que tienes cosas malas para seguir mejorándote, compitiendo. Y es así como nace todo: los átomos, la materia, el ser, tú y yo. Porque sin positivo que atrajera al negativo y sin negativo que atrajera el positivo, no habría relación, y en esa relación se encuentra la existencia. Tú no eres más, ni yo menos. No somos ninguno. Únicamente somos juntos.

3- Dimensión

De pequeña me intentaban explicar las tres dimensiones y yo no les creía. Si el mundo real tiene tres dimensiones y yo estoy día a día construyendo un mundo dentro de mí, ¿cuántas dimensiones tiene mi interior? Tres me parecen pocas porque a veces abato pensamientos. Cuando un pensamiento en mi vida dura nada más que un segundo, en mi interior lo abato para que crezca. En mi interior lo despliego, lo releo, lo reconozco, y lo reaprehendo. Y consigo hacer un plano entero de algo tan circunstancial que ha durado un segundo. Aquí están mis dimensiones. Mis dimensiones en el tiempo. Puedo controlar las que veo, pero no puedo controlar las que siento. Que detrás de cada recuerdo, tenga una vida abatida en experiencias y en cosas que he aprendido, da igual el eje o la coordenada, da igual la creencia que tuviera en ese momento...da igual en x, y o z. Yo vivo en números y no en letras.

4- Estructuras

Si tuviera que dibujar lo único que está realmente estructurado a día de hoy en mi vida, dibujaría mi silla. Esa silla en la que estoy sentada. Esa silla que con cuatro patas es capaz de mantenerme cuando estoy rendida y hundida, que ha sostenido mi carrera y mi apatía. Que sostiene mi flaqueza cuando ni mis piernas. Y si tuviera que dibujar a quien sostiene a mi silla, dibujaría este edificio y volvería a dibujar una silla. Porque la estructura más simple puede ser la más efectiva. Sobre cuatro pilares edifiqué mi vida, sobre cuatro patas indestructibles: La sencillez de actos, la aspiración, la bondad y el creer.

Y si falta una, todas caen mirándola a ella. Todas van detrás de ella en su busca. Esta es mi silla. Esta es mi estructura. Aquí asiento el culo y empiezo a pensar. Aquí subo los pies en alto porque confío. No tienes ser ni corazón y en cambio puedes mantenerme en alto...ojalá algunas personas a veces, fuéramos más silla.

5- El apeo

Y aquí apareces tú. Porque sin ti no construyo. Sin ti no cimiento, no sopando, no hormigono, ¡no me atrevo! Estabas mientras construía mi lugar, me has visto crecer y me has apoyado para que todo pudiera elevarse. Estabas antes de la estructura, y mientras yo aprendía a caminar, tú solo me sostenías. Calculaste mi estructura antes de que fuera firme para saber si no caería, por eso confías tanto en mí, porque sabes que por mucho que me balancee, nunca me hundiría. Has sido mi ingeniero y constructor, y ahora que te has marchado. ¿No quieres disfrutar de la obra que hiciste en mí?
Vete a construir a otra.

6- Hipercubo

Y aquí es cuando mi mundo interior y exterior se solapa. Cuando todo crece exponencialmente y estoy en todas partes y en ninguna. Aquí es cuando los números invaden mi día a día y me hacen contar 6 veces 10 antes de desayunar, para aprovechar un minuto; levantar un pie como si hubiera una cuerda entre dos puntos de vías paralelas; o hacer una división enorme antes de dormir, como si se me pudiera olvidar dividir. Colocar las cosas de los cajones en nueve cubos porque me recuerdan a Rubik y pienso que era un genio o dibujar fractales infinitos mientras hablo por teléfono. Ese es justo el momento en que mis tres dimensiones pasan a nueve, se retuercen, se colocan y me hacen ver todas las posibilidades que puede ofrecer mi vida. Y por eso no creo en el tiempo, porque en lo que vivimos un segundo terreno, hacemos un año con el pensamiento.
.
.
.
A veces me faltan números. Tan lejos llegaron las matemáticas y tan cortas se me quedaron a mí. Tan cortas en mi mundo de situaciones imposibles, surrealistas, de cosas que no puedo ni enumerar porque no hay números suficientes en el mundo como para enumerar sentimientos distintos. Cada vez que me enamoro salen mil sentimientos nuevos en mi estómago ¡qué mariposas! ¡no son mariposas! son esos malditos números que intentan cuantificar todo. Intentan ponerle nota a mis sentimientos para saber siempre si son más que lo anterior o menos que lo que sueño encontrar en la vida. Y ahí, vuelta al infinito. Vuelta al imaginar un infinito que ni siquiera he tocado. Vuelta a un amor de mi vida que si tocara me ardería en las manos, porque no es verdad. Vuelta a ser exigente, a pedir más. Y sobre todo, a nunca alcanzarlo. Porque nadie alcanzará lo que ni yo misma estoy tocando.

De pequeña imaginaba la vida como una escalera donde vas construyendo el siguiente escalón para poder seguir subiendo. Mi problema está en haberte puesto una escalera a ti,  y sin haberte dado los peldaños querer que estés a mi altura saludando.

Y el día que me aplique el cuento, me daré cuenta de que mi escalera...
hasta que yo quiera...


                                                                                                         
                                                                                                            tiende a infinito.


Por Main Stanich.

jueves, 5 de junio de 2014

Tú. Has tirado mi ventana a pedradas.
Has destrozado mis muros con un martillo.
Has encendido velas en la oscuridad.
Has apagado las que sobraban.
Has invertido en mis sonrisas.
Te han pagado con mis problemas.
Me has enseñado a escuchar corazones.
Y cómo se curan las peores enfermedades.
Me has enseñado a preocuparme por lo que siento.
Y a ver algo muy grande en lo pequeño.
Me has cubierto los ojos con vendas.
Has sentido vergüenza por cumplir sueños.
Has creído en mí.
Me has hecho crecer, y volver a ser niña.
Me has hecho dibujar ondas, cerchas y electrocardiogramas.
Me has traído lo que siempre pido: una piedra.
Has valorado un 'te quiero'.
Has cantado para hacerme dormir.
Me has llevado en brazos.
Me has besado, una y otra vez.
Me has visto llorar y a veces has llorado conmigo.
Has compuesto nuevas melodías en mí.
Has sonreído mirándome.
Has empleado tu tiempo en mirarme.
Has revirginizado mi alma.
Has decidido por mí.
Has luchado por mí.
Me has cuidado y me has curado.
Lo has acercado a mí.
Has saltado todas las piedras de mi camino.
Has compartido tu familia.
Has soportado a la mía.
Has respetado mis reglas.
Has expuesto las tuyas,
y las has cumplido.
Has rezado conmigo...

-Lo sabes, lo conoces, lo has vivido. Y lo único que conseguí cuando dejé de hacer esto, es que te conformaras.
Y ahora, te estás conformando con menos.

Por quien siga dando lecciones a_Main Stanich


miércoles, 21 de mayo de 2014

Pues no.




Por Main Stanich

sábado, 17 de mayo de 2014

Candelero.


Mi maestro.

        Y ¡zas! Se encendió. La última llama de mi vida y la última esperanza. Todos dijeron que no era posible y que como las demás, se apagaría; pero no es tanto la llama como lo que la mantiene encendida. 
 
        Cuando toco oscuridades me acuerdo de tu risa. Recuerdo las veces que me has hecho correr detrás de ningún destino, correr para elaborar el mío. Y recuerdo que me enseñaste a crecer. Fuiste mi maestro, candelero, fuiste la señal en mi camino. Yo soy la sombra que te perseguía; he sido tus delirios, tus pasados, tus mentiras. Estaba tras de ti buscándome a mí.

        Había algo en ti que me identificaba, eras mas yo que yo mismo. Mi yo potencial, mi yo exponencial. Había un sueño que yo anhelaba tocar y que solo veía, cuando tú lucías. Has abierto mis ojos en medio de aguas en las que todavía me hundo; sí, para exprimir de mí hasta lo que no existía. 

Y en ese momento en el que todo parece ser correcto, te hundiste tú.

-porque me veneraste en mi humanidad por ser Dios, siendo poeta.-

Y es entonces cuando me di cuenta de todo. De que aun siendo humano en tus errores y en tus lamentos...eras maestro. De que tus pasos hacia atrás son los pasos que yo he de dar hacia delante. Que tus errores nunca deben ser el ancla sino la mejor propulsión. Me di cuenta que la catapulta que te hace volar… no vuela. Y por mucho que no lo haga no deja de darme la fuerza para volar.
Toda mi vida la viviste iluminándome mientras yo creía que eras vela. Siento haberte tratado como lo que no eras. La decepción solo nace cuando esperamos más. Y otra vez volviste a demostrar, en tu humildad, siendo poeta…que tú nunca habías sido la luz…solo eras quien la prendía, quien la sostenía, quien la mantenía.  

        Y ¡zas! Se encendió. La última llama de mi vida y la última esperanza. Era mi primera luz, mi primer paso hacia el errar. Mi primer paso hacia el PODER de poder equivocarme, de caer en tentación. El primer paso hacia atrás. El primer paso hacia la vejez y la capacidad de envejecer. El primer paso hacia los recuerdos. Porque a partir de aquí aprendo, y solo así, enseño.
A partir de aquí, maestro.

Y vuelta a empezar; ven a mí, sombra. 

Por Main Stanich.

miércoles, 23 de abril de 2014

Superpoderes.

'Gracias al mejor hijo del mundo'

No se lo he dicho a nadie aún. Yo conozco tus poderes. Tu secreto está a salvo conmigo. Sé perfectamente que puedes hacer maravillas con ese don; como adelantarte a mis quehaceres. Cada día que te veo me sonríes y me haces entender que tengo que repetir algo que se me olvida.

Hoy te he visto perseguirme como si no supiera a dónde voy y que luego tú mismo me dijeras a dónde quiero ir antes de que te lo dijera. Entonces es cuando te miro: 'No es que yo tenga Alzheimer, es que tú puedes ver el futuro'.  Que yo quisiera volver y tú te enfadaras y me dijeras que no es por ahí. Que me permites olvidar a dónde voy, pero nunca de dónde vengo.

Todavía tengo que entender que este dolor es uno para mí y para ti son millones. Que tantas veces te has preguntado cómo no podía recordarlo, como las veces que yo lo he olvidado. El problema es que tú recuerdas todas y cada una de ellas. Siento ser pesada, sabes que cada vez soy mas niña, cada vez soy más pequeña y tú mas mayor. Que conmigo has crecido y yo conmigo decrezco.

Discúlpame si no te entiendo, si no te atiendo, si no te escucho. Ten paciencia conmigo, trátame con amor aunque yo te grite. Por favor, recuérdame. Porque si no lo haces tú, ¿cómo vas a recordármelo a mí?
Sé que no quieres que dejemos de jugar al escondite. Cada vez que yo te escondo algo, tú le pones un lacito de colores y me lo devuelves para que siga jugando. Y no paramos de reírnos cada vez que nos dejo en la calle por dejar dentro con lo que se abren las puertas desde fuera. Tenga ya tantas de esas cerradas en mi cabeza...

Hoy era un día precioso. Odio las mañanas en que toca matemáticas:
Yo no soy de impares. No entenderé nunca eso de que si sumo dos
de ellos me de uno que no lo es. ¿ Y si no  los quiero? En mi vida
no existen los impares. Me enseñaste a atarlo todo para no
perderlo. Ya no hay izquierdo sin derecho, ni un zapato sin
el otro, no existe solo un guante ni tenedores sin cucharas.
No hay plato sin vaso ni lápiz sin goma. Ya no hay días
sin mes, ni hora sin el tiempo. Ya no hay tele sin el
mando ni microondas sin plato. No hay pastilla
azul si no me he tomado esta; y sobretodo no
hay camino de ida, si no hay camino de vuelta.
Ya no soy sin ti.

Hoy era un día precioso. Cuando he
despertado estaban abiertas para
que pudiera entrar la luz. No sé
si has sido tú o he sido yo. No
sé si desperté ayer o ya he
despertado. No sé dónde
está mi vida. No está
aquí encima. ¿Dónde
la he dejado?.
¡Cariño!

Hoy era un día precioso. Mira el cielo
de ese color tan limpio. No sé muy
bien qué es lo que hay allí, si todo
lo que está, está aquí y allí solo
está vacío. Vacío. ¡Qué
 diversión volver a
llenarlo!

Hoy estabas guapo. He dejado eso y
te he ayudado. No sé jugar con
esto


                                                    - y ahora, vamos a volver a atrás-
pero me has obligado.
Y eran esas cosas...
las que deberían
estar aquí. Las
que me hacen
daño,
eran tus...
era yo...
eso.
Era algo.

 -Cada una es más y menos cada vez que le das la vuelta.

                                                    -Son recuerdos. 


                               -Mi recuerdo eres tú.


Hoy era igual. Voy arrastrándolos hasta donde
haya luz para verlo. Hoy estaba así y creo
que no he sido yo; pero ya entraba la luz.
 Hoy estabas guapo. ¿Qué te hizo
ser así?
Hoy igual.
Sin más.
Hay alguien en casa.
¿Quieres jugar?
Gracias por estar.
Gracias atenderme. 
No falta. 
Gracias. 
Nada.
Tú. 


Por Main Stanich.





jueves, 10 de abril de 2014

Tu reflejo.


    Hoy has empezado a decirme que eres sincero. Lo malo es que para mí las palabras no tienen ningún valor. Tiene valor el que lo seas. Te valoro. Te creo.


    Y la sinceridad empieza por mirarte en el espejo y contarme qué ves. Se objetivo contigo mismo, y cuéntame esa objetividad. Quiero ver dónde  empiezas y dónde acabas.

 Y sobre todo, en qué parte del espejo, me ves a mí.

Por Main Stanich

lunes, 7 de abril de 2014

Nada es lo que parece.


 Eso hace años que me lo enseñó lo tonta que me pueden hacer sentir los políticos, la publicidad o los periodistas. Y eso me hizo entender, que las mesas de canto pueden ser taburetes, o que el mundo en diédrico y abatido, sigue siendo redondo.  
Que se puede construir con palabras la mayor nube de humo, y hacerla los pilares de mi vida.
Que da igual cuán maravillosa pueda imaginarme una vida paralela, que si entrara en ella, querría volver a ésta.

Que cualquier elemento es una herramienta, solo hace falta imaginación para hacerla funcionar.
Que la puerta que mas cuesta abrir, es la que olvidó la cerradura. 


Que por muchas realidades que desconozcas, todas siguen siendo en tu mundo. El mundo.
Que duele averiguar que tu vida cabe en una maleta, pero que gracias a Dios, tú todavía no.

Que siempre la solución está escrita en la naturaleza, aunque no la veas.  

Que si las armas fueran de papel, se hubieran escrito mas versos. 

Que si te encierras guardando el cómo entrar en ti, nadie podrá sacarte. 
Que el mejor hogar que puedes construir, es el que esté hecho de ventanas y puertas.
Que como cuidas de joven, te cuidarán de viejo. 


Que nunca averiguarás si fue antes la gallina o el huevo. 
Que pienses lo que siembras, por la huella que deja lo que recoges. 

Que no quiero envejecer contigo, solo vivir. 


Y que aunque creas conocerme por mi reflejo, lo que hay detrás, es lo que aún me queda por contarte. 


Por Main Stanich.

Escuchar.

      El día que aprendí de qué iba esto era una cría sabiondilla; pero no sabía la que se me venía encima. Tantos años diciéndome a mí misma que era mejor ocultarme en mi autismo antes que escuchar tonterías. Antes que oír hablar de banalidades e informalidades que no me iban a hacer aprender nada.
Y entonces alguien me contó algo que no había oído en ningún lado y que no podría aprender en los libros. SU VIDA.

      Ya nací y estaba optimizando el tiempo, optimizando a la gente, optimizando la cantidad de cosas que se pueden hacer a la vez y la cantidad de información que se puede absorber. Intentar hacer deporte leyendo un libro y aprendiendo prestidigitación con las manos para tocar instrumentos, es enfermizo. Y entonces el agobio: solo una vida.

¡Solo una!

       Que no me da tiempo a nada. Ni a vivir lo mío en una y yo aquí perdiendo el tiempo escribiendo sobre tonterías. Pues ayer descubrí el santo grial y esnifé kriptonita porque con vosotros viví en un día tres vidas. El día que aprendí a escuchar me di cuenta de que lo que me ibas a contar, yo NUNCA lo iba a vivir así. ¿Dónde queda entonces la posibilidad de que lo aprenda?. ¡Una vida! Y entonces se multiplicó el tiempo y los agobios disminuyeron. Porque escuchándote vivo mi vida, y la tuya, la de las novelas de la estantería, la de los locutores de radio, la del libro de ciencias y la de las canciones de amor sin estar enamorada.

      Un día escuchándote, me hiciste vivir maravillas, tropezar con piedras que nunca he visto o levantarme de ellas sin haberme caído. Me donaste la patada en el estómago que te hicieron pasar, acompañada del dolor de pecho que me dio que lo pasaras así. Me donaste hermanos aun siendo hijo único; o padres que no quiero ser. Me donaste a tu madre que no es mi madre, pero también es perfecta. Me donaste las veces que tu novio te dio las gracias por existir, los momentos de risas jugando con las almohadas o esos en lo que simplemente callados y ante todo, os queríais. Lo hice mío. Ese sentimiento lo hice mío. Y aprendí a buscarlo.

Porque busco lo que no he vivido, pero recuerdo de tus recuerdos. Recuerdo de lo que has sentido y envidio una vida que aún no he conocido. Pienso correr detrás de tus palabras por hacerlas mías. Pienso exprimir lo que aprendiste para poder aprender de lo aprendido. Pienso encontrar quien viva por mí los caminos que no he escogido, e intercambiar puntos de vista desde lo que se pueda mirar el mundo.

Todavía recuerdo aquella noche subidos al tejado, en la que me preguntaste si escuchaba algo. Yo juré no oír nada, nada más que silencio. Y me dijiste 'si escuchas con atención - el mundo duerme- Oirás sus sueños'.


Porque ¿cuántos años lleva gritándote el mundo?-Por Main Stanich.

jueves, 13 de febrero de 2014

Querido desconocido:







En un segundo…

Me agarraste la mano.

Miré la angustia que me ofrecían tus ojos, que sin saber nada de mí fueron capaces de responder a tantas preguntas sobre mí como ni yo misma era capaz de responder. ¡Me conocías!

A veces miro a alguien y recuerdo algo que no he vivido, algo que todavía no he comprendido, algo que todavía no me has enseñado. Te miro a los ojos y soy capaz de ver lo que no eres. Lo que todavía no eres, la persona que no has llegado a ser todavía, por miedo.




Miedo.

Y me miraste.




Miedo.

¿Me tienes miedo? ¿Tienes miedo a conocerme? ¿Tienes miedo a reconocerme? ¿A reconocer tanto de mí en tu propia persona como para terminar por aborrecerme? ¿Miedo a ser tú? ¿A ser yo? ¿A ser nosotros?

Entonces fue cuando miraste a otro lado. ¿Por qué? Yo sé por qué. Te da miedo sentir, te da miedo ser sentido. Te da miedo que te toque y estremezcas, te da miedo no ser capaz de dejarlo cuando empiece, te da miedo olvidar quién eres mientras me sientes. Te da miedo sentir nostalgia cuando dejes de hacerlo…

Yo no fui, no fui yo quien te agarró la mano. Violaste mi intimidad tanto como deseas violar mi cuerpo, violaste mi alma tanto como deseas violar mi libertad. Pero nada ni nadie puede violar mi libertad, porque no soy capaz de mantenerme fija más de un segundo en el mismo sitio. Ni un segundo; ni un segundo en tu ojo, en tu mente, en tu memoria…

Te he sentido. Por un segundo te he sentido, te he esperado, te he creído, he confiado en ti, te he apoyado y me has hecho añorar…por un segundo has entrado en mi vida y la has cambiado. Hemos soñado juntos durante nada más que un segundo y has entrado en mi cuerpo y me has hecho volar… durante un segundo.

Y entonces fue cuando me dijiste:

Adiós…

Te vi seguir andando hacia delante por la calle con la mirada fija en mí…y desapareciste entre la multitud…

Entraste en mi vida por un segundo y supiste hacerme feliz; desconocido. Pero me has enseñado que no importa el tiempo que estuvieras dentro de mi vida, sino la huella que has dejado en ella, el respeto con que me has tocado y la nostalgia con que me has mirado.



A veces vale más un segundo… que toda una vida juntos.

miércoles, 5 de febrero de 2014

Madre.

Es curiosa la manera en que ELLA me educa. ¿Cómo fue así y no de otro modo? Simplemente dejó a mi libre albedrío lo que puedo o no puedo hacer y luego...esperó. Lo que yo no sabía en un principio es que eso no es solo lo que puedo o no puedo hacer. Es dejarme pensar a mí, una niña y no a ella, lo que debo o no debo hacer; lo que debería establecer un adulto. Y ahí estaba yo decidiendo y aprendiendo, y tomando las decisiones más difíciles de mi vida.

      No es dónde está el límite, sino dónde está MÍ límite. 

Sólo me lo pongo yo, nadie más. Y es ahora cuando paro y veo cómo yo planté mi límite y con los años y la costumbre lo he ido moviendo poco a poco, y no he podido verlo. Hubo un límite. Existe.
Yo no lo ví y lo salté con el mío. Ahora lo veo y lo reconozco, y me martirizo. Esto es a lo que me educaste, mamá, a CONTROLAR el límite.
Ahora soy más fuerte y más débil a la vez. No puedo conmigo pero me soporto, ahora solo controlarme y está hecho. A por ello.


A por mí.


Por Main Stanich

martes, 7 de enero de 2014

Ahora soy lo mejor de mi pasado. 30 de agosto, 2012


Ahora el mundo ha empezado a descubrirme. A descubrir mi recuerdo de mí y lo que legué hace tiempo a este mundo.
Está redescubriendo que todo lo que escondí bajó la tapa de un baúl puede volver a salir y revestirme de creencias. Creo en mí, y no sé hace cuánto tiempo no lo hacía. Me estoy dibujando tan sincera y tan real como lo era, tan desde el principio. Con mis ganas de cambiar el mundo, de empezar, de acabar algo, de soñar.

Con mis ganas de hacer la vida de cada una de las personas de este planeta, un poco más hermosa.

Ahora recuerdo. Ahora vuelvo atrás y no sé en qué momento me he perdido. No recuerdo cuando el camino se hizo estrecho y me vi atascada sin salida. No sé en qué momento las luces no traspasaban las paredes. No sé cuándo todo se volvió oscuro y tuve miedo. No quiero ni pienso volver al mundo de donde vienen las sombras, de donde todo es rencor, de donde crecen las tristezas, los lamentos, y las ganas de pegar puñetazos a las paredes. ¡Porque quiero iluminar! Quiero ser luz y no oscuridad.

No sé cuándo los recuerdos empezaron a hacer daño, en vez de soñarlos. No sé cuándo todo fue peor que ayer, y eso nunca en la vida nos debe dejar continuar. Parón en seco y recapacita.

Y qué me ha salvado.

Irónicamente, el recuerdo de mí misma.

Mi recuerdo sonriendo, mi recuerdo trabajando y luchando por algo, mi recuerdo madurando y cultivando un mundo por las mañanas, mi recuerdo de sembrar buenos momentos en las mentes de la gente. Mi recuerdo de crecer hacia arriba y no hacia abajo, mi recuerdo de ser yo y no ser de nadie. Mi recuerdo de ser tan libre como la mejor prisionera de su vida. De Su vida. Mi recuerdo de rezar, de esperar y de crear.

Ahora creo en mí, crezco de mis propias semillas, maduro de mi propia cosecha y revuelvo en mis parientes para saber de dónde vengo y qué pisadas no debo volver a pisar. Busco qué me diste para hacerme tan feliz y dónde lo he dejado escapar. Cuándo tu luz empezó a apagar la mía, o tu sombra me dejó en penumbra. Busco mi propia luz, la que antes brillaba en mí, de mí, y para los demás.

Ahora busco en mi pasado lo mejor que tenía y me reconstruyo a partir de esos cimientos. 

Desaprendo lo que sobra y guardo lo que tenía tantísimo valor como para hacerme vivir. Soy una versión 3.0 de mí misma, buscando el quinto elemento allá donde va. Recuperando su propio valor ya tan perdido y recuperando la estima por la que han pasado batallas enteras de pisadas. Recuperando mi sonrisa.

Ahora, he vuelto a ser lo mejor de mi pasado.

Dedicado a Emilio

Por Main Stanich.