martes, 7 de enero de 2014

Ahora soy lo mejor de mi pasado. 30 de agosto, 2012


Ahora el mundo ha empezado a descubrirme. A descubrir mi recuerdo de mí y lo que legué hace tiempo a este mundo.
Está redescubriendo que todo lo que escondí bajó la tapa de un baúl puede volver a salir y revestirme de creencias. Creo en mí, y no sé hace cuánto tiempo no lo hacía. Me estoy dibujando tan sincera y tan real como lo era, tan desde el principio. Con mis ganas de cambiar el mundo, de empezar, de acabar algo, de soñar.

Con mis ganas de hacer la vida de cada una de las personas de este planeta, un poco más hermosa.

Ahora recuerdo. Ahora vuelvo atrás y no sé en qué momento me he perdido. No recuerdo cuando el camino se hizo estrecho y me vi atascada sin salida. No sé en qué momento las luces no traspasaban las paredes. No sé cuándo todo se volvió oscuro y tuve miedo. No quiero ni pienso volver al mundo de donde vienen las sombras, de donde todo es rencor, de donde crecen las tristezas, los lamentos, y las ganas de pegar puñetazos a las paredes. ¡Porque quiero iluminar! Quiero ser luz y no oscuridad.

No sé cuándo los recuerdos empezaron a hacer daño, en vez de soñarlos. No sé cuándo todo fue peor que ayer, y eso nunca en la vida nos debe dejar continuar. Parón en seco y recapacita.

Y qué me ha salvado.

Irónicamente, el recuerdo de mí misma.

Mi recuerdo sonriendo, mi recuerdo trabajando y luchando por algo, mi recuerdo madurando y cultivando un mundo por las mañanas, mi recuerdo de sembrar buenos momentos en las mentes de la gente. Mi recuerdo de crecer hacia arriba y no hacia abajo, mi recuerdo de ser yo y no ser de nadie. Mi recuerdo de ser tan libre como la mejor prisionera de su vida. De Su vida. Mi recuerdo de rezar, de esperar y de crear.

Ahora creo en mí, crezco de mis propias semillas, maduro de mi propia cosecha y revuelvo en mis parientes para saber de dónde vengo y qué pisadas no debo volver a pisar. Busco qué me diste para hacerme tan feliz y dónde lo he dejado escapar. Cuándo tu luz empezó a apagar la mía, o tu sombra me dejó en penumbra. Busco mi propia luz, la que antes brillaba en mí, de mí, y para los demás.

Ahora busco en mi pasado lo mejor que tenía y me reconstruyo a partir de esos cimientos. 

Desaprendo lo que sobra y guardo lo que tenía tantísimo valor como para hacerme vivir. Soy una versión 3.0 de mí misma, buscando el quinto elemento allá donde va. Recuperando su propio valor ya tan perdido y recuperando la estima por la que han pasado batallas enteras de pisadas. Recuperando mi sonrisa.

Ahora, he vuelto a ser lo mejor de mi pasado.

Dedicado a Emilio

Por Main Stanich.