miércoles, 23 de abril de 2014

Superpoderes.

'Gracias al mejor hijo del mundo'

No se lo he dicho a nadie aún. Yo conozco tus poderes. Tu secreto está a salvo conmigo. Sé perfectamente que puedes hacer maravillas con ese don; como adelantarte a mis quehaceres. Cada día que te veo me sonríes y me haces entender que tengo que repetir algo que se me olvida.

Hoy te he visto perseguirme como si no supiera a dónde voy y que luego tú mismo me dijeras a dónde quiero ir antes de que te lo dijera. Entonces es cuando te miro: 'No es que yo tenga Alzheimer, es que tú puedes ver el futuro'.  Que yo quisiera volver y tú te enfadaras y me dijeras que no es por ahí. Que me permites olvidar a dónde voy, pero nunca de dónde vengo.

Todavía tengo que entender que este dolor es uno para mí y para ti son millones. Que tantas veces te has preguntado cómo no podía recordarlo, como las veces que yo lo he olvidado. El problema es que tú recuerdas todas y cada una de ellas. Siento ser pesada, sabes que cada vez soy mas niña, cada vez soy más pequeña y tú mas mayor. Que conmigo has crecido y yo conmigo decrezco.

Discúlpame si no te entiendo, si no te atiendo, si no te escucho. Ten paciencia conmigo, trátame con amor aunque yo te grite. Por favor, recuérdame. Porque si no lo haces tú, ¿cómo vas a recordármelo a mí?
Sé que no quieres que dejemos de jugar al escondite. Cada vez que yo te escondo algo, tú le pones un lacito de colores y me lo devuelves para que siga jugando. Y no paramos de reírnos cada vez que nos dejo en la calle por dejar dentro con lo que se abren las puertas desde fuera. Tenga ya tantas de esas cerradas en mi cabeza...

Hoy era un día precioso. Odio las mañanas en que toca matemáticas:
Yo no soy de impares. No entenderé nunca eso de que si sumo dos
de ellos me de uno que no lo es. ¿ Y si no  los quiero? En mi vida
no existen los impares. Me enseñaste a atarlo todo para no
perderlo. Ya no hay izquierdo sin derecho, ni un zapato sin
el otro, no existe solo un guante ni tenedores sin cucharas.
No hay plato sin vaso ni lápiz sin goma. Ya no hay días
sin mes, ni hora sin el tiempo. Ya no hay tele sin el
mando ni microondas sin plato. No hay pastilla
azul si no me he tomado esta; y sobretodo no
hay camino de ida, si no hay camino de vuelta.
Ya no soy sin ti.

Hoy era un día precioso. Cuando he
despertado estaban abiertas para
que pudiera entrar la luz. No sé
si has sido tú o he sido yo. No
sé si desperté ayer o ya he
despertado. No sé dónde
está mi vida. No está
aquí encima. ¿Dónde
la he dejado?.
¡Cariño!

Hoy era un día precioso. Mira el cielo
de ese color tan limpio. No sé muy
bien qué es lo que hay allí, si todo
lo que está, está aquí y allí solo
está vacío. Vacío. ¡Qué
 diversión volver a
llenarlo!

Hoy estabas guapo. He dejado eso y
te he ayudado. No sé jugar con
esto


                                                    - y ahora, vamos a volver a atrás-
pero me has obligado.
Y eran esas cosas...
las que deberían
estar aquí. Las
que me hacen
daño,
eran tus...
era yo...
eso.
Era algo.

 -Cada una es más y menos cada vez que le das la vuelta.

                                                    -Son recuerdos. 


                               -Mi recuerdo eres tú.


Hoy era igual. Voy arrastrándolos hasta donde
haya luz para verlo. Hoy estaba así y creo
que no he sido yo; pero ya entraba la luz.
 Hoy estabas guapo. ¿Qué te hizo
ser así?
Hoy igual.
Sin más.
Hay alguien en casa.
¿Quieres jugar?
Gracias por estar.
Gracias atenderme. 
No falta. 
Gracias. 
Nada.
Tú. 


Por Main Stanich.





jueves, 10 de abril de 2014

Tu reflejo.


    Hoy has empezado a decirme que eres sincero. Lo malo es que para mí las palabras no tienen ningún valor. Tiene valor el que lo seas. Te valoro. Te creo.


    Y la sinceridad empieza por mirarte en el espejo y contarme qué ves. Se objetivo contigo mismo, y cuéntame esa objetividad. Quiero ver dónde  empiezas y dónde acabas.

 Y sobre todo, en qué parte del espejo, me ves a mí.

Por Main Stanich

lunes, 7 de abril de 2014

Nada es lo que parece.


 Eso hace años que me lo enseñó lo tonta que me pueden hacer sentir los políticos, la publicidad o los periodistas. Y eso me hizo entender, que las mesas de canto pueden ser taburetes, o que el mundo en diédrico y abatido, sigue siendo redondo.  
Que se puede construir con palabras la mayor nube de humo, y hacerla los pilares de mi vida.
Que da igual cuán maravillosa pueda imaginarme una vida paralela, que si entrara en ella, querría volver a ésta.

Que cualquier elemento es una herramienta, solo hace falta imaginación para hacerla funcionar.
Que la puerta que mas cuesta abrir, es la que olvidó la cerradura. 


Que por muchas realidades que desconozcas, todas siguen siendo en tu mundo. El mundo.
Que duele averiguar que tu vida cabe en una maleta, pero que gracias a Dios, tú todavía no.

Que siempre la solución está escrita en la naturaleza, aunque no la veas.  

Que si las armas fueran de papel, se hubieran escrito mas versos. 

Que si te encierras guardando el cómo entrar en ti, nadie podrá sacarte. 
Que el mejor hogar que puedes construir, es el que esté hecho de ventanas y puertas.
Que como cuidas de joven, te cuidarán de viejo. 


Que nunca averiguarás si fue antes la gallina o el huevo. 
Que pienses lo que siembras, por la huella que deja lo que recoges. 

Que no quiero envejecer contigo, solo vivir. 


Y que aunque creas conocerme por mi reflejo, lo que hay detrás, es lo que aún me queda por contarte. 


Por Main Stanich.

Escuchar.

      El día que aprendí de qué iba esto era una cría sabiondilla; pero no sabía la que se me venía encima. Tantos años diciéndome a mí misma que era mejor ocultarme en mi autismo antes que escuchar tonterías. Antes que oír hablar de banalidades e informalidades que no me iban a hacer aprender nada.
Y entonces alguien me contó algo que no había oído en ningún lado y que no podría aprender en los libros. SU VIDA.

      Ya nací y estaba optimizando el tiempo, optimizando a la gente, optimizando la cantidad de cosas que se pueden hacer a la vez y la cantidad de información que se puede absorber. Intentar hacer deporte leyendo un libro y aprendiendo prestidigitación con las manos para tocar instrumentos, es enfermizo. Y entonces el agobio: solo una vida.

¡Solo una!

       Que no me da tiempo a nada. Ni a vivir lo mío en una y yo aquí perdiendo el tiempo escribiendo sobre tonterías. Pues ayer descubrí el santo grial y esnifé kriptonita porque con vosotros viví en un día tres vidas. El día que aprendí a escuchar me di cuenta de que lo que me ibas a contar, yo NUNCA lo iba a vivir así. ¿Dónde queda entonces la posibilidad de que lo aprenda?. ¡Una vida! Y entonces se multiplicó el tiempo y los agobios disminuyeron. Porque escuchándote vivo mi vida, y la tuya, la de las novelas de la estantería, la de los locutores de radio, la del libro de ciencias y la de las canciones de amor sin estar enamorada.

      Un día escuchándote, me hiciste vivir maravillas, tropezar con piedras que nunca he visto o levantarme de ellas sin haberme caído. Me donaste la patada en el estómago que te hicieron pasar, acompañada del dolor de pecho que me dio que lo pasaras así. Me donaste hermanos aun siendo hijo único; o padres que no quiero ser. Me donaste a tu madre que no es mi madre, pero también es perfecta. Me donaste las veces que tu novio te dio las gracias por existir, los momentos de risas jugando con las almohadas o esos en lo que simplemente callados y ante todo, os queríais. Lo hice mío. Ese sentimiento lo hice mío. Y aprendí a buscarlo.

Porque busco lo que no he vivido, pero recuerdo de tus recuerdos. Recuerdo de lo que has sentido y envidio una vida que aún no he conocido. Pienso correr detrás de tus palabras por hacerlas mías. Pienso exprimir lo que aprendiste para poder aprender de lo aprendido. Pienso encontrar quien viva por mí los caminos que no he escogido, e intercambiar puntos de vista desde lo que se pueda mirar el mundo.

Todavía recuerdo aquella noche subidos al tejado, en la que me preguntaste si escuchaba algo. Yo juré no oír nada, nada más que silencio. Y me dijiste 'si escuchas con atención - el mundo duerme- Oirás sus sueños'.


Porque ¿cuántos años lleva gritándote el mundo?-Por Main Stanich.